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TRES DIES AMB LA FAMÍLIA

Dirección: Mar Coll

Guión: Mar Coll, Valentina Viso

Fotografía: Neus Ollé

Reparto: Nausicaa Bonnín, Eduard Fernández, Philippine Leroy-Beaulieu,

Francesc Orella, Ramón Fontserè, David Verdaguer, Amália Sancho, Aida Oset

 

RESEÑA POR JAIME OVEJERO RODRÍGUEZ

Léa (Nausicaa Bonnín) vuelve a Cataluña para el entierro de su abuelo. A su llegada, habrá de convivir con sus padres y parientes durante el tiempo que dure el velatorio. Su vida, sin embargo, está en Toulouse, o al menos lo está Seb, su pareja. A lo largo de tres días, las historias de unos y otros entrarán en contacto, obligando a Léa a replantearse sus decisiones y la relación que mantiene con su familia.

Tras el cortometraje La última Polaroid (2004), Mar Coll se embarca en su primera película de larga duración. El resultado es este drama intimista que recorre los entresijos de una familia burguesa, apoyado en un excelente trabajo actoral y en su guión contenido. Coll entreteje su historia cuidadosamente, en un ritmo pausado y con una premisa central: tiene más fuerza lo que se sugiere que lo que se muestra. La directora ha construido a la familia Vich i Garbó sobre un rico mundo referencial, y así lo sentimos mientras vemos cómo los relatos de los diferentes personajes se desarrollan, cruzándose e interactuando con el de la protagonista principal. No obstante, la mayoría de estas historias no llegan a completarse; fragmentadas, ayudan a dibujar los tres días del título como un puzzle, cada pieza en contacto con las demás, que sigue incompleto al término del metraje.

Esa interconexión entre los personajes hace que sea difícil explicarlos sin ponerlos en relación unos con otros. Cabe destacar, sin embargo, a Virginia, la tía escritora que vive aislada de sus hermanos y enemistada con su padre muerto. Formalmente, sorprende el modo en el que su personaje es creado a través de la intertextualidad de su relato. Ausente de la pantalla hasta el final, su personaje se ha ido construyendo a través de las voces de los demás. Su historia, no obstante, tampoco llega a desenmarañarse. De nuevo, Coll sólo nos sugiere, invitándonos a realizar nuestras propias lecturas de su texto. Y, como con los demás, la historia de Virginia también se entrelaza y cruza con la de Léa, sutilmente, casi con su sola presencia.

Si Virginia aparece como una figura poco definida, casi etérea, en cambio la madre de Léa, Joëlle (Philippine Leroy-Beaulieu), tiene un papel mucho más visible. La relación madre-hija constituye uno de los elementos que recorren toda la película. De nuevo, este relato se construye en relación a otros: el de los padres divorciados, el de Joëlle dentro de los Vich i Carbó u otros que simplemente se intuyen pero nunca se explicitan. En algunos de ellos, quizás los de mayor peso dramático, el film explora sus dimensiones hápticas. Los personajes se (in)comunican a través del tacto: Léa rechazando las caricias de su madre o la antigua pareja tocándose como el reflejo de su vida anterior.

En ocasiones, Léa aparece como nosotras: relegada a un papel de observadora. Al final, sin embargo, según la contención del film se relaja, los personajes se confiesan y se desahogan, haciendo evidente su incapacidad de abandonar su posición dentro de ese entramado de relaciones que es la familia. La fuerza de la película es, entonces, su capacidad para dibujar una historia en contacto con otras, un relato capaz de ser muchos a la vez, aunque éstos se desarrollen fuera de la pantalla.  

 

Para citar esta reseña, por favor usa la referencia: Ovejero Rodríguez, Jaime (2015): «Reseña de Tres dies amb la família», Gynocine Project, Barbara Zecchi, ed. www.gynocine.com

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